Todo lo que necesitas saber sobre los champús sin sulfatos

Descifrar la etiqueta de los productos de belleza resulta muy complicado y puedes acabar utilizando algún producto que no debas. Déjanos explicarte la función de algunos ingredientes cosméticos para ayudarte a elegir los productos de cuidado capilar que más te convienen. Empecemos por la pregunta del millón: ¿los sulfatos son bueno o malos?

Los sulfatos son detergentes o surfactantes, una clase de ingredientes que se añaden a los productos de limpieza para que hagan espuma o burbujas y que eliminan la suciedad y el sebo. Atraen tanto el agua como las grasas, es decir, el sebo atrapado en la espuma se elimina al aclararte con agua.

El sulfato más corriente es el lauril sulfato de sodio o SLS, que se usa más comúnmente en jabones, champús, geles y pastas de dientes. A pesar de la mala prensa que tenía en el pasado, el SLS es seguro para la salud. Sin embargo, los champús sin sulfatos son más respetuosos con el cuero cabelludo y el cabello y suelen recomendarse en caso de piel sensible.

Los champús sin sulfatos son… ejem, ejem, champús formulados sin sulfatos.

Un error muy extendido es creer que necesitamos una gran cantidad de espuma para “quedar limpios”, pero, si lo piensas, hay un montón de productos de limpieza que carecen de ella. Por ejemplo, las leches o cremas desmaquillantes.

Diseñamos nuestros champús siguiendo una fórmula minimalista que incluye los ingredientes necesarios y nada más. Hemos sustituido los sulfatos por ingredientes purificantes de origen natural que limpian y acondicionan ligeramente el cabello al mismo tiempo. 

Debido a su formulación, estos champús producen menos espuma. Fíjate y te darás cuenta de que la primera vez que enjabones un pelo muy sucio, no producirá mucha espuma porque los ingredientes surfactantes estarán ocupados atrapando la suciedad del cabello, no haciendo espuma. Cuando el pelo esté más limpio, la cantidad de espuma aumentará.

Un consejo muy útil para que el champú funcione mejor es asegurarte de tener el pelo completamente mojado antes de aplicarlo. Extiéndelo con un suave masaje por el cuero cabelludo y la raíz, empezando la aplicación en dirección ascendente desde la nuca.

Añade un poco más de agua con las manos para generar más espuma. Si tienes el pelo muy sucio, lávalo previamente aplicando una pequeña cantidad de champú.

Al cambiar tu champú de toda la vida por uno con ingredientes de origen natural y sin sulfatos, notarás tu pelo algo distinto tras los primeros lavados porque tu cabello y tu cuero cabelludo necesitarán acostumbrarse a estos nuevos ingredientes. 

Como ya hemos mencionado, los sulfatos eliminan la capa de sebo natural del pelo y el cuero cabelludo, así que tendrán que ponerse a trabajar para mantener el equilibrio. También debes saber que al eliminar los sulfatos, tu pelo puede estar más graso hasta que se adapte a la nueva rutina. 

Descubre nuestra gama de champús sin sulfatos y entérate de todo lo que necesitas saber sobre el uso del champú sólido.